Un 25% de las molestias físicas que podemos sentir se deben a causas psicológicas. En este punto se encuentran las enfermedades psicosomáticas.
Por lo general, se tiende a pensar que las enfermedades psicológicas sólo causan tristeza, llanto, sentimientos de inferioridad y otros síntomas que no tienen que ver con el cuerpo; sin embargo, esta idea es errónea.
Nuestros emociones influyen en nuestro cuerpo, al igual que este influye en nuestras emociones. La ansiedad, el estrés y la depresión actúan sobre distintas hormonas, y provocan cambios en nuestro organismo que nos hacen más sensibles al dolor e influyen en distintas enfermedades.
Un ejemplo lo tenemos con los estudios que relacionan el estrés con el cáncer. En este sentido, se ha demostrado que puede influir tanto en el origen como en el curso de la enfermedad.
Del mismo modo, se ha demostrado que las personas que padecen depresión presentan una disminución del sistema inmunológico o de defensa, con lo que pueden enfermar con más facilidad o les puede ser más difícil recuperarse de ciertas enfermedades.
- Trastornos cutáneos: acné, dermatitis, pruritos, eczemas, hiperhidrosis, urticaria y alopecia areata.
- Trastornos respiratorios: asma bronquial e hiperventilación.
- Trastornos hemáticos y linfáticos.
- Trastornos gastrointestinales: gastritis crónica, úlcera péptica, colitis ulcerosa, estreñimiento, hiperacidez, pilorasmo, cardialgia y colon irritable.
- Trastornos endocrinos: hipertiroidismo, hipotiroidismo y diabetes.
- Trastornos de los órganos de los sentidos.
- Trastornos osteomusculares: tortícolis y cefaleas tensionales.